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Un "NO PLAN"

  • Kerya de Gracia
  • 27 mar 2017
  • 3 Min. de lectura

Simplemente hacemos que suceda.

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Llega un viernes y no tienes un plan concreto de que harás el fin de semana, pero como eres un aventurero, arrepinchoso, extrovertido, loco..., como te quieras denominar, comprenderemos que ese espíritu te llevara a un lugar "X" que no sabes cuál es hasta que llegue el día y hora de partir.

El sábado en la noche ya teníamos un “destino”, sin embargo nos dijeron que había muchos protocolos para llegar a ese lugar y desistimos. Llegó el domingo, 6:45 am, punto de encuentro Va & Ven, que por cierto, (publicidad gratis) es un buen punto de encuentro. Es más, he visto que ya muchos lo toman de punto de partida: de ahí salen clubes de moto, bicis montañeras, grupos de aventura, ¡hasta grupos religiosos!, mucha diversidad.

Fueron amigos y compañeros de aventura muy puntuales (dicho esto espero no herir susceptibilidades), ¡iniciamos bien! jejeje.

Cuando estábamos reunidos en la mesa les comento: "para que sepan, ya no vamos a poder ir al lugar que les mencioné" y les expliqué la situación. Salió el "plan B", que fue al que nos llevó a un excelente destino.

Eran ya las 8:40 a.m., íbamos en la carretera con muchas lomas y curvas, cuando nos desviamos a una entrada ya con carretera de tierra... Fue como si entraras a otra dimensión...

La neblina nos cerró el camino, ¡no se veía nada! Había llovido, y nosotros nos preguntamos a las 9:15 a.m. ¿NEBLINA A ESTA HORA?!!!

Y hacia un súper frío, nosotros en ropa de verano, listos para zambullirnos en cualquier río.

Continuamos en el camino y veíamos que se ponía hostil, ya que los autos que íbamos no eran 4 x 4. Pero esto no impidió seguir nuestro camino; dejamos los autos en un buen espacio a la orilla de la carretera y continuamos a pie.

Al llevar unos 20 minutos de caminata de la mejor buena vibra, recibiendo esas señales que muchas veces no vemos por tener nuestra mente ocupada en aspectos negativos: que si llueve no vamos, se está poniendo feo, mejor vámonos, hay mucho lodo me voy a ensuciar, nada de eso se vivió. Es más, ¡los ojos siempre estaban abiertos a ver el lado buena de las cosas!

Finalmente llegamos a un hermoso cruce de pinos donde había una parada muy particular y pintoresca. Ubicamos al Señor Valerio, que muy amable y atento se dispuso inmediatamente con sus botas y su machete bien afilado para acompañarnos a un recorrido por el lugar.

Pasamos una finca con unos sembradíos increíble de ají dulce y de culantro (foto de: Antonio Víquez), estos productos son los que llegan frescos, siempre frescos (aquí sino daré publicidad gratis jejeje).

Hasta que nos aproximamos al río, muy cerca de nuestra meta. ¡¡¡Muy hermoso y muy frió!!!

Luego, a pocos minutos, LLEGAMOS. Un poco acalorados ya, pero ese lindo charco nos invitaba a bautizarnos.

Ahí comprendimos porque no había nadie, pero nadie al menos humano...

Y es que cuando vas a lugares apartados, esperas encontrarte en un río al menos con lugareños, pero cuando son casi las 11:00 a.m. en tu comunidad, ha llovido en los últimos días y amanece lleno de neblina... ¿Quién querría irse a bañar en el río? "¡Lógico!", nos dijimos ya temblando…

Pero como la naturaleza es mágica e impredecible, a las 12 medio día nos sonrió el señor sol, y todo cobro sentido. Fue en ese momento que disfrutamos a plenitud de nuestra piscina privada (al menos en ese momento).

=)

En el recorrido del camino comimos guaba, marañón curazao, guineos que el Sr. Valerio nos consiguió y yuca para tráenos a casa. Todo esto sucedió en la Comunidad de Bajo Bonito en el Cacao, Capira. Un lugar hermoso cerca de la ciudad de Panamá con mucha riqueza natural que ofrecernos.

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